Un defecto de nacimiento.

“Poder asumir honestamente nuestras carencias, nos lleva a ese lugar de vulnerabilidad desde donde podemos empezar a repararlas amorosamente”

margriet boom.

“El ser idealizado es una falsedad. Es una imitación rígida y artificial de un ser humano… El centro de ti mismo es la única parte de ti que puede vivir, crecer y realmente ser…y que puede verdaderamente guiarte”.

Eva Pierrakos

Creo que nací sin piel….. por eso las cosas que suceden, que no tienen mayor importancia y que otros dejan pasar… a mi me afectan demasiado.

He intentado distintas maneras, he buscado modelos. ¡Sí! De pronto, cuando miro a alguien que tiene una piel flexible pero firme trato de copiar sus movimientos y bueno…, creo que ahora soy un poco más fuerte.

Debo ser aburrida en ocasiones…. una gente demasiado sensible cansa. Sin embargo estoy convencida que parte de mi encanto es precisamente esta capacidad de sentir por los otros. Es una irónica paradoja.

A veces quisiera tejerme una piel con agujeros grandes que me permitieran seguir sintiendo por los otros, pero resguardar el frío que se siente cuando percibes el rechazo. Todos tenemos derecho a rechazar y todos irremediablemente hemos sido rechazados, como parte natural de una historia, lo que me asusta no es este aspecto tan natural de la vida, no,  lo que me asusta es notarlo tan claramente en el momento en que está sucediendo…. no es trascendente, pero me duele como un aguijón en el alma que no te deja respirar hasta que lo eliminas desnudando mi fragilidad a través del agua que sale por los ojos, sin parar….Odio llorar ¡Cómo odio llorar! Pero muchas veces me es inevitable. “Corazón de pollo” me decía mi abuela, y así me dice mi tan querida amiga Gabriela, pero no se dan cuanta que el problema no está en el corazón sino en la falta de piel.

Me gusta la gente, sólo que a veces esta falla genética me dificulta estar muy cerca y entonces me pongo un disfraz que me cubre y protege, pero también engaña y me aleja, porque entonces ya no puedo reconocerme y la gente se cree la historia que mi disfraz promete.

Tengo varios a elegir según corresponda:

-Tengo una armadura grande y pesada…¡muy pesada! Que hace sentir insecto al que se aproxima, entonces le infundo mi miedo, hablo con la voz de un juez implacable que condena el más mínimo tropezón, como si fuera perfecto y creo obtener admiración y reconocimiento, pero sólo soledad es lo que siento.

-Tengo un disfraz de oveja con el que me convierto en una dulce mentira de generosidad incondicional, con tal de que sólo del otro provengan caricias y así reprimir su inalienable derecho al enojo, a la diferencia o simplemente al desacuerdo. Este quizás es el disfraz que más me molesta, y por mucho, el más desgastado…

-Tengo un disfraz de sádico y alrededor del cuerpo me lleno de cadenas y picos para esconder la falta de piel que puede ser descubierta en dos minutos y lograr que me desvanezca. Este disfraz no es muy eficaz, aunque he llegado a lastimar de verdad, pero se me cae fácilmente y me pongo el disfraz de oveja, para evitar el contra ataque, con muy poca destreza.

Pero hoy… he andado sin disfraz, y no he podido evitar llorar un poco… sólo un poco. He sentido el viento, el agua… el tiempo. También he percibido el enojo de los otros y el mío propio, sin trampas, sin causar lástimas. He podido estar cerca y ¡vale tanto la pena!.

He experimentado la angustiosa y maravillosa sensación de ser reconocida como yo misma y hasta he tendido la percepción de que una delgada capa de piel cubre mi cuerpo.   ¡Ojalá sea cierto!.

margriet boom.